Brujula CelEste

Ritual de las estaciones

Los rituales de las estaciones del año son encuentros sagrados en los cuales nos conectamos y armonizamos con los ciclos naturales de la Tierra.

¿Por qué las estaciones?

Los ritmos biológicos de las personas están directamente ligados con los ciclos de la naturaleza, unidos por un vínculo no solo en el plano físico sino también a nivel intuitivo.

Esta unión con la Tierra y sus cambios en la sociedad en la que vivimos está totalmente capada, por muchos motivos, algunos de ellos son que vivimos en ciudades inundadas de luces donde no somos capaces de percibir las estrellas en la noche y alargamos los días en ciclos de la naturaleza donde los días se acortan de forma natural y con un trabajo personal al que acudir en ese tiempo.

Vivimos en entornos llenos de comodidades donde no percibimos el frío del invierno por las calefacciones a todo gas, ni sudamos el calor del sol en verano atiborrados de aires acondicionados, no decimos que hay que no haya comodidades, sino que no nos impidan conectarnos con los ritmos, con los tiempos, con el proceso que hay que transitar a cada paso en las estaciones.

¿Por qué la ritualizamos?

Mediante los rituales estacionales nos abrimos al despertar de la esencia natural del cambio, de la transformación como esencia natural misma de la naturaleza de la que formamos parte como seres en conexión con la Madre.

Buscamos armonizarnos con los ritmos naturales de la Tierra y sus estaciones, al mismo tiempo que nos reencontramos con nuestro propio equilibrio natural en armonía con la sabiduría ancestral presente en nosotras y ligada directamente con la Madre Tierra.

 

Sincronizarnos con la cadencia de las estaciones, sincronizarnos con sus sonidos, con sus movimientos, con sus apariciones, con sus brotes nuevos, con sus “dejarse caer”, con sus pudriciones para nutrirnos, para renacer, con esa sucesión regular de ritmos, de ciclos, de un baile y danza con la tierra y el camino que transitar y conocer las paradas del mismo.

Conocer cuando es el momento más certero para conectarnos con el renacer de la primavera, acogernos en el recogimiento del otoño y aprender a soltar lo que ya no sirve en nuestras vidas, conectar con el misterio del invierno y su oscuridad, fluir en la energía expansiva del verano y la luz infinita.

Ritualizarnos en sincronía con la Tierra nos permite caminar conectadas con las fuerzas mismas de la vida, empezar a adquirir consciencia del poder que albergamos en nuestro interior, nos ayuda a confiar en nuestras capacidades, a escuchar de forma clara a nuestra intuición y nos permite desarrollar una relación sana y coherente con nosotras mismas y con los demás seres y criaturas del Universo.

¿A quién va dirigido?

Todo ser vivo con ganas de conectar con los ritmos naturales de la naturaleza y con sus propios ciclos vitales naturales.

¿A dónde me llevará este viaje?

Nuestros rituales estacionales nos ayudan a compartir en comunidad este viaje iniciático transitando por las estaciones y nos revelan el verdadero potencial que como criaturas tenemos junto a nuestra Madre Tierra.

Apegado al ritmo de las estaciones,

el campesino experimenta el tiempo de manera concreta,
cíclica y bipolar, otorgando un antagónico sentido mitopoético

a la primavera-verano y al invierno.

Frente a los rituales y fiestas del buen tiempo, imitativos con la naturaleza,

la temposensitividad invernal sugiere el desorden y la subversión carnavalesca, conjura simbólica al tiempo nefasto del frío, la noche y la muerte.